Un pentagrama francés para mi árabe
Published by Pilar Gonzalo on 14 de diciembre de 2007 at 20:43. 2 CommentsMe perdía... Definitivamente en las hojas de cuadros no me apañaba para escribir y en los folios blancos estaba empezando a desarrollar una estructura caótica.
Pensando en que escribir árabe es como cuando se escribe música sobre un pentagrama, llegué a la conclusión de que tenía que encontrar un papel parecido para mis anotaciones. Enseguida me acordé de los cuadernos que mi compañera de clase, Silvia, tenía en el colegio. Sus cuadernos eran distintos porque su tía "la joven" se los traía de Francia.
No sé si como consecuencia de alguna vaga noción sobre la historia de la colonización francesa en el norte de África o de que fue durante mi primer viaje a París que vi por primera vez a un argelino cortar carne de rollo que daba vueltas frente a una placa tostadora; que la conexión entre Francia con el mundo árabe se me iba haciendo cada vez más evidente. Por eso me pareció muy "lógico" emplear un cuaderno francés para escribir árabe, además de práctico y caí en Silvia, su tía "la joven" y los cuadernos tan raros que le traía.
Así que a falta de los cuadernos de dos rayas de toda la vida, aquí ando con mis flamantes hojas de Clairefontaine dispuesta a reescribir mis apuntes de forma organizada. Aunque mucho me temo que eso va a tener que ser durante las vacaciones de navidad que, ya se sabe, luego nunca dan para hacer nada.
Pensando en que escribir árabe es como cuando se escribe música sobre un pentagrama, llegué a la conclusión de que tenía que encontrar un papel parecido para mis anotaciones. Enseguida me acordé de los cuadernos que mi compañera de clase, Silvia, tenía en el colegio. Sus cuadernos eran distintos porque su tía "la joven" se los traía de Francia.
No sé si como consecuencia de alguna vaga noción sobre la historia de la colonización francesa en el norte de África o de que fue durante mi primer viaje a París que vi por primera vez a un argelino cortar carne de rollo que daba vueltas frente a una placa tostadora; que la conexión entre Francia con el mundo árabe se me iba haciendo cada vez más evidente. Por eso me pareció muy "lógico" emplear un cuaderno francés para escribir árabe, además de práctico y caí en Silvia, su tía "la joven" y los cuadernos tan raros que le traía.
Así que a falta de los cuadernos de dos rayas de toda la vida, aquí ando con mis flamantes hojas de Clairefontaine dispuesta a reescribir mis apuntes de forma organizada. Aunque mucho me temo que eso va a tener que ser durante las vacaciones de navidad que, ya se sabe, luego nunca dan para hacer nada.
Etiquetas: caligrafía, escritura, sherezade en apuros
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